Obama reconoció que será "muy complicado" y "llevará un tiempo" cerrar un tratado que sea legalmente vinculante, algo que requerirá "más confianza" entre las partes.

El acuerdo logrado, precisó, no será legalmente vinculante pero sí hará que los países fijen sus objetivos de recorte de emisiones de gases contaminantes.

El presidente estadounidense apuntó que en Copenhague las conversaciones se vieron perjudicadas por un "punto muerto fundamental en las diferentes perspectivas".

Obama ha llevado a cabo una intensa serie de reuniones a lo largo de su estancia en Copenhague de 12 horas, que comenzaron con un encuentro multilateral con más de veinte países e incluyeron dos encuentros con el primer ministro chino, Wen Jiabao, cuyo país mantenía las principales diferencias con Washington en la cumbre.

En su discurso ante los líderes reunidos en Copenhague, Obama había instado a los participantes a lograr un acuerdo, al recordar que "se nos agota el tiempo" y "debe haber movimiento por parte de todos".

Acuerdo con China, India y Sudáfrica

Momentos antes de la comparecencia de Obama, fuentes de la Casa Blanca informaron que EE UU había conseguido un "acuerdo significativo" con China, India y Sudáfrica para un pacto. Un alto funcionario estadounidense indicó que el acuerdo no es en sí suficiente para luchar contra el cambio climático pero sí representa "un primer paso importante".

La ministra española de Medio Ambiente, Elena Espinosa, ha asegurado a TVE que en la elaboración del pacto también ha participado la Unión Europea. En entrevista a la cadena pública, no ha querido precisar el porcentaje de reducción de emisiones que marcará el acuerdo, porque ello será objeto de una negociación posterior.

La Casa Blanca ha señalado que el acuerdo se logró tras un encuentro del presidente estadounidense con su homólogo sudafricano, Jacob Zuma, y los primeros ministros de India y China, Manmohan Singh y Wen Jiabao.

Supervisión de las emisiones

El pacto aporta un mecanismo para supervisar y verificar los recortes de emisiones en los países en desarrollo pero fija unos objetivos menos ambiciosos de lo que esperaban inicialmente EE UU y los países europeos, según las fuentes.

Sí mantiene el objetivo de limitar el aumento de la temperatura terrestre a dos grados, como buscaban europeos y estadounidenses.

También incluye un acuerdo sobre la financiación que aportarán los países más ricos a las economías en vías de desarrollo para su adaptación al uso de tecnologías limpias.

Ninguno de los países está completamente satisfecho con lo logrado pero el acuerdo representa, insistió el alto funcionario, un "paso histórico" que servirá de base para pactos más sustanciales en el futuro.